Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com
Manatí -
La probabilidad de que el calentamiento global tenga un impacto directo sobre la calidad y cantidad de las aguas subterráneas de Puerto Rico “es muy real”, aseguró ayer el hidrólogo Sigfrido Torres González, adscrito al Servicio Geológico federal (USGS, en inglés). Torres González presentó sus conclusiones durante la 2da. Magna Cumbre Ambiental, que se celebra hasta hoy en el Teatro Taboas, en Manatí. Según el experto, el principal problema al que se exponen los acuíferos, formaciones ecológicas que contienen o transmiten agua subterránea y rinden suficiente caudal a un pozo hincado en su interior, es el aumento en los niveles del océano o nivel eustático. “Eso afectaría la interfase salina, que es el punto de equilibrio entre el agua del mar y la del acuífero. Si sube el nivel del océano, aumenta la presión sobre el acuífero y puede que se afine entre 40 y 60 pies”, dijo Torres González. Agregó que el derretimiento en las zonas polares, a causa de un alza en las temperaturas, está repercutiendo en un aumento en el nivel del océano, a razón de seis milímetros al año. Basado en resultados de otras investigaciones, el hidrólogo indicó que para el año 2100 se espera que el nivel del océano aumente en .47 metros o unas 18 pulgadas. Detalló que por cada centímetro de agua que aumente se afectarán 100 centímetros de tierra. Ante este “crítico panorama”, dijo, los acuíferos más vulnerables serían los localizados en Loíza, Carolina, Cataño, Vega Baja y Ponce, entre otros. Finalmente, Torres González mostró preocupación por el derretimiento del hielo que está sobre el agua. “Ese hielo se formó sobre el terreno y, cuando se derrita en el océano, liberará una alta cantidad de material orgánico”, expresó. Ese material, sostuvo, se descompondría en un par de días y formaría metano, uno de los gases que propicia el calentamiento global. “Me preocupa la magnitud de ese flujo. El mar siempre va a reclamar su tierra y podría estar dando con las montañas. Pero lo importante es reconocer que sí hay una anomalía... lo peor sería no atenderla y que suceda”, apuntó. Dos grandes riesgos En un tono menos alarmante, aunque de igual preocupación, el experto mencionó que las aguas subterráneas en la Isla se exponen a dos grandes riesgos: extracción excesiva y contaminación. Al igual que las aguas superficiales, los acuíferos se originan de la lluvia abundante que cae y es absorbida por el terreno. Pero en tiempos de sequía, primordialmente, se sobrecarga el acuífero y aumentan la energía requerida para bombearlo y el costo de producción. De otra parte, agregó Torres González, la contaminación de las aguas subterráneas se debe a la presencia de compuestos tóxicos provenientes, en primer lugar, del sector industrial, uno de sus principales usuarios.
Wednesday, April 30, 2008
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